LO QUE TODOS QUERÍAN SABER: ¿POR QUÉ UN JOVIAL MILAN BAROŠ LLEGÓ A CAMINAR POR LAS CALLES DE AVELLANEDA SIN QUE EL EXQUISITO PÚBLICO ARGENTINO CONOCIERA DE SU FÚTBOL?
Hace unos años, corrió el rumor de que una joven promesa del fútbol checo había desembarcado en Independiente de Avellaneda; este joven de 19 años de edad, se llamaba Milan Baroš.
Un buscatalentos lo acercó a la institución ya que con la ida de Pascualito Rambert y el Palomo Usuriaga se había dejado un hueco difícil de llenar; es más, el bohemio futbolista estuvo unos días en la pensión del club rojo.
Muchos se preguntarán qué hacía acá; la verdad es que M. Baroš cree mucho en las personas y el representante aprovechó para decirle que Independiente era una selección B de República Checa (mismo color de remera) y que debía jugar gratis allí hasta consolidarse. La pantomima acaecía mientras el manager se absorbía el sueldo...
Lo más curioso fue que los dirigentes de CAI - al enterarse de esto - no le dieron ni un mango al representante, y Baroš - hablando como podía con los jugadores del Rojo - se fue dando cuenta de la cruel realidad. Dicen que el mismo Satanás Páez - antes de irse a Olimpo - le cantó la justa a Milan, quien decidió echar a su manager y abandonó el club; pero su amor por el color rojo no cesó y por eso fue a parar al Liverpool del Reino Unido, donde hace lo que más le gusta: jugar al fútbol.
Hace unos años, corrió el rumor de que una joven promesa del fútbol checo había desembarcado en Independiente de Avellaneda; este joven de 19 años de edad, se llamaba Milan Baroš.
Un buscatalentos lo acercó a la institución ya que con la ida de Pascualito Rambert y el Palomo Usuriaga se había dejado un hueco difícil de llenar; es más, el bohemio futbolista estuvo unos días en la pensión del club rojo.
Muchos se preguntarán qué hacía acá; la verdad es que M. Baroš cree mucho en las personas y el representante aprovechó para decirle que Independiente era una selección B de República Checa (mismo color de remera) y que debía jugar gratis allí hasta consolidarse. La pantomima acaecía mientras el manager se absorbía el sueldo...
Lo más curioso fue que los dirigentes de CAI - al enterarse de esto - no le dieron ni un mango al representante, y Baroš - hablando como podía con los jugadores del Rojo - se fue dando cuenta de la cruel realidad. Dicen que el mismo Satanás Páez - antes de irse a Olimpo - le cantó la justa a Milan, quien decidió echar a su manager y abandonó el club; pero su amor por el color rojo no cesó y por eso fue a parar al Liverpool del Reino Unido, donde hace lo que más le gusta: jugar al fútbol.