9 de diciembre de 2005

Lionel Messi

¿POR QUÉ EXPULSARON TAN RÁPIDO A LIONEL MESSI EN SU PRIMER PARTIDO EN LA SELECCIÓN MAYOR?

Era el día tan esperado. Se fue a acostar la noche anterior sabiendo que el 17 de agosto de 2005 seria un día especial. Si bien sabía que sería suplente no le importaba. En su interior tenía la sensación de que un rato iba a jugar.

Al levantarse fue el primero en ir a desayunar. Luego estuvo un largo rato hablando por teléfono con su hermano a quien le prometió la remera del debut. Durante el día la ansiedad le jugó una mala pasada, debiendo ir al baño varias veces; pero no le importó sabiendo que era propio de los nervios.

En el micro rumbo al estadio, estaba callado, pensativo, se le acercó Roberto Ayala y le preguntó qué le pasaba y él - luego de mirarlo - le dijo: "Estoy pensando qué voy a hacer cuando me llegue la primera pelota al pie". Ayala lo miró y le contestó: "Vos agarrala y encará, que no te pare nadie y hasta el arco no parás". El pibe sólo asintió con la cabeza mientras Ayala se iba para adelante a hablar con Franco el tema de las pelotas aéreas.

En el vestuario se cambió en dos segundos, estaba sentado y no podía controlar el temblor de sus piernas. Sólo se calmó cuando el utilero le alcanzó una número 5: en ese momento volvió a ser él.

Ni bien comenzó el segundo tiempo, José le dijo: "Andá a calentar que vas a entrar un rato". Corrió desesperado al fondo de la cancha y a los 2 minutos ya estaba casi acalambrado; a los 30 del segundo escuchó al DT decir: "Leo vení", miró para los costados para confirmar que era a él a quien llamaba y fue. Pekerman sólo le dijo: "Hacete respetar y jugá como vos sabés...". Ingresó a la cancha y no lo podía creer: a los pocos segundos le tiraron la pelota, la paró y - recordando el consejo de Ayala - encaró, pasó a uno y siguió, pasó a otro, levantó la cabeza y ya venía el arco. Llegando a la medialuna, un húngaro lo comenzó a agarrar de la camiseta, pero siguió; el magiar insistió, descosiéndole un poco el cuello de la fuerza que hacía para pararlo. En ese momento él recordó las palabras de José y que le había prometido la remera a su hermano y le tiró un manotazo a su molesta marca; el juez pitó la falta y ante la exageración del húngaro expulsó a Messi; en ese momento su mundo se vino abajo y solo atinó a decir: "Se la prometí a mi hermano y este muerto la estaba por romper", esperando que el árbitro entendiera la situación. Luego fue para el banco casi al borde del llanto y al finalizar el partido llamó a su hermano, lo responsabilizó de todo y dijo que no le va a hablar más y que no le va a prestar más plata para irse de j*** por la noche de Barcelona.

Esperemos que se puedan arreglar y que Messi tenga la revancha pronto.