24 de agosto de 2007

Carlos Bilardo

BIDÓN O NO BIDÓN: ÉSA ES LA CUESTIÓN

Teoría diferente en favor de Carlos Salvador Bilardo sobre el episodio que le involucra junto a Branco en el partido Argentina vs Brasil del Mundial de Fútbol Italia 1990.

Luego de la clasificación a octavos, los brasileños tenían que viajar desde a Turín para jugar con Argentina, mientras que nuestra selección tenía que hacerlo desde Milán. Dado que el viaje se hizo en el verano europeo, y no andaba muy bien el aire del avión de Alitalia, los cariocas padecieron el calor dentro del habitáculo. Los argentinos también tenían pensado usar un avión de la misma empresa, pero finalmente optaron por ir en tren ya que el Galgo Dezotti le tenía miedo a los aviones y había que dormirlo para que viaje (al estar cerca la fecha del partido, el riesgo de doping era alto; por ello se optó por la vía terrestre).

Antes del partido, Brasil estaba endulzado porque había batido a todos los rivales en la primera ronda; sin embargo, en el viaje a Turín, todo fue sufrimiento. Dicen que Taffarel pedía cada rato agua fría a la azafata y que Careca se abanicaba con el Corriere della Sera que le habían dado en el aeropuerto. El DT brasileño - al ver el estado de sus muchachos - consultó al deportólogo del plantel por una solución: éste recomendó unos tranquilizantes nuevos en el mercado y aseguró que los jugadores así llegarían "fresquitos y descansados para el match" (sic). Ocurrió que Cláudio Ibrahim Vaz Leal ("Branco"), para bajar la pastilla, tomó de un vaso que parecía de Sprite o Seven Up... pero que era de caipirinha cortada con soda (propiedad de Müller). Dicen que en el avión, luego de beber de la copa, Branquito estaba como loco, hiperactivo, como si hubiera tomado Avivol. Después, le pintó el bajón. En el partido, con Brasil amplio dominador del juego (casi todos estaban diez puntos porque habían dormido bien en el aeroplano), Branco comenzó a sentir los efectos de su mezcolanza. Ya sediento, y con la garganta seca, no tuvo otra que beber del agua que le había proporcionado amablemente Galíndez (utilero argentino). A los 30' del cotejo, el defensor del scratch no daba más y acusaba un paso cansino (como de borracho), motivo que redundó en su falta de performance durante el resto del partido.

Al día siguiente diario La Repubblica tituló que "Argentina en una jugada maestra durmió a Brasil y lo dejó afuera del Mundial". Branco asoció el titular con el momento en que tomaba agua del bidón del utilero argentino e hizo pública la historia que todos conocen y por la cual el técnico argentino de ese Mundial (Carlos Bilardo) se ganó un estigma que nunca más lo iba a abandonar.